De la lectura del libro de Manuel Vázquez Montalbán «Autobiografía del general Franco» página 95 extraje esta extraña cita a un “Catecismo de los ricos” del Padre jesuita Ruiz Amado. Como es una novela dudé algo de su exactitud e investigué por Internet. He aquí la ficha bibliográfica:
«Ruiz Amado S.J. (R) El Catecismo de los ricos. Editorial Librería Religiosa. Barcelona, 1925».
Esto me trajo a la memoria, por la estrecha relación que tiene, que el cardenal Jorge Urosa Sabino escribió un correo electrónico sobre la educación que por un error se le escapó (el duendecillo de todos los internautas) y fue dado a conocer. Al percatarse del error, escribió otro solicitando discreción y complicidad. Pero ya el daño estaba hecho y gracias a una filtración, o a varias, nos enteramos de la mentalidad del Cardenal en cuanto lo organización social deseable y al sistema educativo idóneo para mantenerla. De hecho ya está implementada. Yo pensé que tendría una repercusión mayor, pero no pasó de algunas vestiduras rasgadas, sin mayor orientación. El canal 8, Venezolana de Televisión, le dio amplia difusión a estos correos y los acompañó con una cita del libro “Camino” escrito por Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei. No la recuerdo textualmente pero más o menos decía que: «- ¿Para qué quieres cambiar tu estatus, tu posición social?. En ese deseo de cambio está la raíz del mal social que nos aqueja en los tiempos modernos. ¿Qué pasaría si en el cuerpo humano cada órgano quisiera cambiar de posición y función? Pues sería un desastre -»
RESUMEN:
Los cronológicamente más recientes; Escrivá de Balaguer y Urosa Sabino, toman las desigualdades sociales como un hecho cumplido, inamovible y no solo aceptable sino deseable. Si eres rico, bien por ti, si eres pobre, cálatela tranquilo, no intentes cambiar que eso es malo, no todos van a ser ricos, reza para que los ricos se porten bien contigo y te tiren algo etc.
Pero el Padre Ruiz Amado, anterior a estos dos y posiblemente su mentor o inspirador, explica y justifica el porqué de la acumulación de riqueza y muestra las palancas para conseguirla. ¿Y cuales son? Pues ni más ni menos que un pecado capital: la avaricia. Se consideran los sentimientos y acciones de codicia como naturales y perfectamente lógicos y válidos, claro que siempre dora la píldora. ¡No faltaría más!
Todo esto me hizo reflexionar sobre la disparidad entre la Palabra de Jesús recogida en El Evangelio y de la interesada interpretación que de ella hacen algunos jerarcas de la Iglesia. Tantos, que la hacen parecer como si fuera la doctrina de la Iglesia, que no lo es.
¿Qué es lo que me molesta de todo esto? Pues que Jesús no es el autor de estas teorías, sino de las radicalmente opuestas. Jesús, en el sermón de la montaña dijo: -Bienaventurados los pobres (Mateo 5.3). - También dijo que era más fácil que pasara un camello por el ojo de una aguja que un rico entrara en el Reino de los Cielos (Mateo 19.24, Lucas18,25). En otra oportunidad dijo que no se puede servir a dos señores, porque si se ama a uno se aborrecerá al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. (Mateo, 6,24, Lucas16,13), Sacó a latigazos a los mercaderes del Templo (¡Qué bueno sería que lo volviera a hacer hoy!) También recomendó Jesús el no inquietarse por la comida ni el vestido, e instó por enésima vez: ”Buscad el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se os dará por añadidura”. Pero esta parábola, que considero una de las claves fundamentales de la doctrina y especialmente aplicable a nuestra actualidad y más aún a la sociedad por venir, merece ser discutida ampliamente en artículo aparte.
En fin, que los católicos deberíamos tener muy en cuenta estas diferencias entre lo que dice Jesús y lo que destacan una gran cantidad de jerarcas de la Iglesia, quienes en el supuesto nombre de Dios, actúan como conductores políticos, disfrazando su falsa prédica política como doctrina evangélica, lo cual es falso. Nos deberá servir para hacernos un juicio sobre ellos y sus falsas prédicas.
Por lo que recomiendo no olvidar que: “DIOS USA A LOS BUENOS; LOS MALOS USAN A DIOS”.
A continuación, para quien esté interesado, los textos completos citados anteriormente.
Transcripción de aquella parte del Catecismo de los ricos dedicada a la reflexión sobre las contrapartidas o dificultades de la acumulación de riqueza:
«—No hay ninguna ley natural que limite el derecho de adquirir propiedad.
»—Aun que no haya ninguna ley natural que limite a priori el derecho de adquirir propiedad, éste queda limitado por las necesidades de los desheredados.
» Pero ¿por qué ha de preocuparse el rico de estas necesidades?
»—En primer lugar, por la fraternidad establecida por Cristo entre todos los hombres; y, en segundo lugar, porque el pobre se halla excluido del goce de los bienes materiales por efecto de la ampliación de las adquisiciones del rico.
» ¿Hay alguna causa racional por la que el pobre haya de obtener una participación en los bienes del rico?
»—La razón fundamental es que Dios creó limitadas las cosas materiales, y las ordenó para el sustento y socorro de todos los hombres. Por lo cual, aunque uno se las apropie, siempre queda a las cosas de este mundo la servidumbre de haber de satisfacer todas las necesidades humanas.
»Si esta doctrina se generalizara, nadie tendría afán de adquirir riquezas, y se impedirían todos los progresos culturales.
»—Antes bien al rico quedarían siempre ventajas suficientes para estimularle a adquirir riquezas.
» ¿Qué ventajas serían éstas?
»―En primer lugar, la preferencia en la satisfacción de todas sus necesidades, con anterioridad a las necesidades del mismo orden de los pobres.
»―En segundo lugar, la dirección de la actividad social, en cuanto ésta depende de la riqueza. El rico, libre de la solicitud por satisfacer sus necesidades urgentes, siempre tendrá opción para escoger los trabajos más de su agrado, y pedir a sus operarios los que le parecen de mayor utilidad común.
»Si los ricos hubieran de atender a satisfacer las necesidades de los pobres, no podrían fomentar las artes suntuarias, que son el esplendor de la civilización.
»―Es cierto que la práctica universal de la moral evangélica haría más sencilla la vida, y cercenaría el lujo en el comer, en el vestir y en los edificios privados. Pero aumentaría el amor entre los hombres y la felicidad general.
»Si no hubiera grandes fortunas, no sería posible emprender grandes obras y empresas, beneficiosas para el público, incluso los pobres.
»—Por eso es bueno que haya ricos, y por eso dispone Dios que algunos hombres se enriquezcan legítimamente. Pero es malo que haya ricos que reserven sus bienes sobrantes, no para emprender obras beneficiosas, sino para satisfacer vanas necesidades de su imaginación, mientras sus prójimos perecen en la indigencia.
»Pero si los ricos no pudieran usar libremente de sus bienes, nadie querría trabajar para hacer una gran fortuna.
»—Si los ricos cumplieran sus deberes con los pobres, les faltarían, para enriquecerse, los móviles viciosos del egoísmo; pero todavía les quedarían móviles poderosísimos.
»¿Qué móviles serían estos?
»—El deseo de progresar, innato en los corazones alentados; el deseo de hacer bien a la humanidad; el deseo de mejorar la propia vida, al paso que se mejora la de los demás; el amor de la propia familia, de la patria y de la humanidad; y, sobre todo, el amor y servicio de Dios, que reparte los talentos diversamente, y pedirá a cada cual estrecha cuenta de los que le confió.»
El Correo escapado del Cardenal Urosa Sabino:
El Estado tiene que garantizar la educación pero no es su función dirigirla y controlarla. Esta función debe llevarla una institución civil como la Iglesia Católica que cuenta con el apoyo y la credibilidad de todos los habitantes del país.
La Iglesia Católica no asume esta función por capricho o por un afán de lucro. La educación no genera ganancias, y eso está bien, pues no queremos hacer de un servicio social una fuente de riqueza material. No es entonces, como insisten los enemigos de Cristo, que aspiremos a acumular riquezas, sino que, al haber asumido el compromiso cristiano, estamos obligados, por mandato, a llevar el mensaje de Jesús redentor al corazón de los venezolanos, de todos los venezolanos.
No queremos dedicarnos a la educación de los más privilegiados, dejando a los menos afortunados en las manos de un Estado ateo y comunista.
Creo que la Iglesia debe asumir la educación de ambos grupos, como única forma de garantizar la paz social y el desarrollo del país. Educar y formar en el amor a Dios a todos los venezolanos, es nuestra misión, pero pretender hacerlo de la forma desordenada que predican algunos hermanos, bien intencionados, pero carentes de visión, sería contraproducente.
La educación debe ser igual pero separada (una frase poco popular, pero muy cierta). Los hijos de familias pudientes, llamados a ir a las universidades y, más tarde, tomar las riendas de empresas, negocios, ejercer las profesiones libres y ocupar los cargos más altos de la administración pública, deben ser educados para alcanzar estos fines y asumir su responsabilidad social de la forma más responsable y cristiana. Los niños que, por su origen socioeconómico, tienen desventajas, deben ser educados en el respeto hacia la autoridad, en la diligencia, en la modestia y, sobre todo en el mensaje cristiano del amor.
La Iglesia Católica debe oponerse a todo intento de homogeneizar la educación básica, porque esto sólo nos llevará al caos y a las guerras entre hermanos. Los niños de los estratos más pobres querrán acceder a las mismas posiciones que sus compañeros más afortunados, creándose la inconformidad y alimentándose la envidia. Los de los estratos superiores perderán motivación para estudiar y alcanzar el éxito. Con una educación talla única, lo que crearemos es una nación de envidiosos y conformistas.
Con la bendición de Dios Todopoderoso, debemos estar dispuestos a servir a Jesús Redentor, a la Iglesia y a Venezuela.
Jorge Urosa Sabino, Arzobispo de Caracas
El Segundo Correo: la súplica de complicidad
Hermanos,
Por un error administrativo, creo que a su buzón llegó un mensaje de mi autoría del cual copio abajo las primeras líneas.
Si este mensaje llegase a manos mal intencionadas podría ser manipulado en contra de la Iglesia, por lo que le ruego que no distribuya.
Confiando en su discreción y comprensión, reciban la bendición de nuestro Señor Jesucristo.
Jorge Urosa Sabino, Arzobispo de Caracas
Nota: La fecha del envío en ambos correos fue el 24/08/2009
Por lo que de nuevo recomiendo no olvidar que: “DIOS USA A LOS BUENOS; LOS MALOS USAN A DIOS”.
julioarconadarodriguez@gmail.com
