París, agosto 24 (María Inés Ferrero).- El teatro de la Opera de Limoges abrió sus puertas para recibir al Ensamble de Metales de Carabobo, en una de las presentaciones de mayor compromiso para los músicos venezolanos, realizadas a propósito del festival Epsival, que se lleva a cabo en Francia y que finaliza hoy. Una hora antes de la pautada en el programa, una larga fila aguardaba ansiosa por disfrutar de los músicos venezolanos.
A las ocho en punto y ataviados de rigurosa formalidad, esta agrupación sinfónica que no sólo se convirtió en la primera en participar en una gira europea, sino que además fue la única representación latinoamericana del festival, alcanzó de nuevo mucho más que la aprobación del público, una ovación demostrada en cada uno de los aplausos que esa noche hicieron retumbar la sala de conciertos, ubicada junto al conservatorio donde cada mañana la delegación criolla participaba en sus clases magistrales.
Allí, Adriany Gómez dejó claro que no sólo la formación académica que todos los integrantes del Ensamble tienen, es suficiente, sino que su liderazgo va más allá al demostrar que existe un trabajo de equipo que en perfecta armonía es capaz siempre de obtener los mejores comentarios. Los rostros de alegría de cada uno de los integrantes del Ensamble de Metales, aseguraban que la noche sería perfecta, la inspiración absoluta y la interpretación de las piezas, simplemente sublime.
Un momento de mucha emoción se vivió la noche de ayer cuando dos grandes banderas tricolores se levantaron entre el público para aupar a sus compatriotas; se trataba de un grupo de venezolanos residentes en Francia que no quisieron perder la oportunidad de sentirse más cerca de casa.
El éxtasis llegó al máximo con la interpretación de "Caballo Viejo", de Simón Díaz, cuando los músicos bailaron con sus instrumentos y hasta el mismísimo director del Ensamble, Adriany Gómez, sacó a relucir también su "tumbao".
El repertorio para esa noche de lujo estuvo conformado por piezas clásicas y latinoamericanas como: Fanfarria La Peri, Earle of Oxford¥s, Fanfarria para un Noble Maestro, Fuga con Pajarillo, Marcha Nero, Pini di Roma, Malambo, Caballo Viejo, Parrandas Venezolanas, Pura Vida, Mambo West Side Story y Tres Mambos.
Venezuela deja una huella tricolor en Francia
Ran Kan Kan y nuestra Alma Llanera completaron las melodías de una noche que tal como lo dijo el director del Ensamble de Metales de Carabobo, "nunca olvidaremos". Y es que quién podría imaginar que el concierto sería aún más largo gracias a la espontánea interpretación del conocido tema "Venezuela", de los compositores Herreros y Armenteros.
Tras la emotiva canción que sacó lágrimas a más de uno, la velada se convirtió en una interesante fusión de ritmos que cautivó a los asistentes.
Pero aún había más, los músicos emocionados, se animaron a tocar tambores y los presentes hicieron intentos por moverse al son de este cadencioso ritmo.
Por si fuese poco, al salir a la calle, la delegación venezolana se rindió ante los aplausos de quienes, aún conmovidos, compartían sus vivencias en el Café de los Artistas, contiguo al teatro de la Opera de Limoges.
Sin duda, ese lema de "Tocar y Luchar" que identifica al Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e infantiles de Venezuela, liderado por el Maestro José Antonio Abreu, dejó su huella en Francia, gracias a cada una de las impecables presentaciones del Ensamble de Metales de Carabobo.
Para completar ésta, su primera gira internacional, hoy tendrán un último concierto a realizarse en la localidad de Vassiviere, para mañana regresar a Venezuela, donde el próximo 2 de septiembre el teatro Municipal de Valencia, los recibirá para darles la bienvenida y un gran aplauso con el sabor de nuestra tierra.