Ileny Martínez G.
Bejuma, diciembre 28 (REDACTA).- Entre risas, trajes coloridos y un ambiente festivo, "Las Locainas" del grupo Kaituco, de Montalbán, por tercer año consecutivo se pasearon por las calles y avenidas de Bejuma, celebrando el Día de los Santos Inocentes.
Entre cantos y gritos, a viva voz, estos personajes por demás cómicos, entraban y salían de los comercios y casas, con la finalidad de contagiar de alegría a los habitantes y visitantes, que se encontraban a su paso. En este recorrido del grupo folclórico se evidenció la receptividad de los habitantes de esta localidad, quienes aseguraron es una grata sorpresa que cada año, estos personajes contagien a la comunidad con su emoción y locura. José Tortolero, coordinador de la Casa de la Cultura de Bejuma y uno de los principales promotores de esta visita, destacó que con este tipo de actividades, sólo se busca rescatar y mantener vivas las tradiciones propias de la época decembrina.
La historia
El 28 de diciembre, el mundo cristiano conmemora el episodio histórico y religioso conocido como el "Día de los Santos Inocentes", cuando el rey Herodes ordenó la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), al recibir la noticia de que había llegado al mundo el Mesías, el que le arrebataría el trono: Jesús de Nazaret.
Pero este día, también es ocasión para bromas a familiares y amigos, para hacerlos "caer por inocentes". En Venezuela además, se celebran en varios lugares del país (centro, oriente y occidente) las "Fiestas de Locos y Locainas".
Aunque no existe una referencia histórica precisa del origen de esta fiesta, se dice que durante la Edad Media, se introdujeron a la conmemoración religiosa del "Día de los Santos Inocentes", ritos paganos de danzas y burlas que terminaron por conformar una nueva tradición.
"En Francia se celebraba con mucha alegría la fiesta de los locos. Los jóvenes se vestían de mujeres o usaban trajes al revés, se mofaban del prójimo. En España, según los historiadores, "La Locaina" es una fiesta bastante vieja. Dice Gutiérrez Macía, que en Cáceres, Extremadura, los jóvenes de la aldea recorren las calles para molestar a la gente. También habla de esas fiestas el señor García de Diego. "En Écija, Sevilla, se oyen desde hace siglos el tamboril y la gaita de los locos. Son doce, a los que hay que agregar una loca, que no es otra que un robusto muchacho con zagalejo y chaquetilla, grandes pulseras y zarcillos de latón dorado... Los danzantes llevan sonajeras y castañuelas... Por la noche un banquete pone punto final a las 24 horas de locura.
En Venezuela
En Venezuela fueron reinterpretadas por los indios y los negros, creando así versiones libres que mezclan lo divino y lo humano, el humor y la religión.
En distintos pueblos venezolanos se celebran las "Fiestas de los Inocentes". Según Domínguez Salazar y Quijada dichas fiestas se cumplen en Coro, Puerto Cumarebo, Tocópero, Moruy, Santa Ana, Buena Vista, Pueblo Nuevo y Dabajuro (Falcón); El Pilar de la Costa y Caicara de Maturín (Monagas); Curiepe, Chirimena y los caseríos de Barlovento, Chuspa, Todasana, La Sabana, Naiguatá y Agua Blanca (Miranda); Carora y Barquisimeto (Lara); Calabozo (Guárico), San Cristóbal, Lobatera, Capacho, La Grita, y Seboruco (Táchira); Valera, Carache, Pampán, Pampanito y Boconó (Trujillo), y Carabobo, entre otros.
"Los Zaragozas"
La "Fiesta de Los Zaragozas toma Sanare (Lara). Una manifestación que también pertenece a la celebración de los locos y locainas, pero que por alguna razón, en esa zona y en el estado Guárico adquirió nombre propio.
Esta festividad se inicia a primeras horas de la mañana de cada 28 de diciembre, cuando hombres del pueblo, disfrazados con máscaras y vestimentas de múltiples y llamativos colores, muchos de ellos alusivos a la figura femenina, se congregan en la casa de la capitana del baile.
Luego de entonar la canción popular "La Salve" y de haber rezado oraciones frente a un improvisado altar, Los Zaragozas se dirigen a la iglesia de San Isidro y de Nuestra Señora de Santa Ana a escuchar la primera misa del día.
Los Zaragozas bailan al compás del tamunangue, entonan y bailan la principal y popular canción del folclore larense llamada "¡Ay Zaragoza!".