La gripe
porcina que ha provocado la muerte de decenas de personas en México y registra varios infectados en Estados Unidos es una enfermedad causada por un virus perteneciente a la familia de ácido ribonucleico (ARN), la cual se ha detectado en cerdos y humanos. Es una enfermedad de las vías respiratorias extremadamente contagiosa. Existen tres tipos diferentes de virus (A, B, C), que pueden mutar, y además varios subtipos. Puede afectar a todas las edades, y suele causar complicaciones graves e incluso la muerte, frecuentemente en niños y ancianos.
El virus porcino aunque es una enfermedad respiratoria no se puede comparar con un simple resfriado o gripe común a pesar de que presenten síntomas parecidos, por lo que es importante tener claro cuándo se trata de una gripe porcina.
Se contagia de persona a persona a través de las secreciones de nariz y boca al toser, estornudar, hablar, cantar o por contacto directo con las manos, cuando el enfermo no se las lava, los besos y otras formas.
LOS SÍNTOMAS Y EL DIAGNÓSTICO
Esta enfermedad presenta síntomas como fiebre mayor de 38° C, tos frecuente, dolor de cabeza, falta de apetito, congestión nasal y malestar general.
Es necesario que un médico haga un examen clínico detallado e investigue antecedentes de otros enfermos, contactos y viajes.
El diagnóstico se realiza mediante la identificación del virus en secreciones de nariz o laringe, aislamiento viral durante las primeras 24 a 72 horas de iniciada la enfermedad, o mediante el estudio de sangre para identificar anticuerpos.
Como es causada por un virus, no tiene tratamiento.
Sin embargo hay medicamentos que hacen la enfermedad más soportable, la acortan y moderan los síntomas, siempre y cuando se administren durante las primeras 48 horas de la enfermedad. Se toma de tres a siete días una vez que inician los síntomas.