Los presidentes de las naciones de la Alianza Bolivariana de los pueblos de América (ALBA), reunidos en Managua, Nicaragua, decidieron de forma unánime retirar los embajadores y personal diplomático de Honduras, hasta que se restituya en el poder al presidente constitucional Manuel Zelaya, como medida inicial de presión ante el gobierno ilegítimo y usurpador que se instaló en Tegucigalpa tras el golpe de Estado.
La medida fue anunciada en la Declaración de las Naciones Alba que rechaza contundentemente al gobierno ilegítimo producto de la violación del orden constitucional y democrático en la nación centroamericana.
La declaratoria exhorta a los países de la UNASUR, Grupo de Río, OEA y ONU a proceder de igual forma ante los agresores del pueblo hondureño.
La Declaración oficial de la Cumbre Extraordinaria de las naciones ALBA, con la presencia de los mandatarios de Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Rafael Correa; de Venezuela, Hugo Chávez; de Nicaragua, Daniel Ortega, y el propio Presidente Zelaya, de Honduras, así como representantes diplomáticos del resto de los gobernantes de los países miembros que no pudieron acudir a la cita en Managua, ratificaron que se mantienen en alerta permanente con respecto a la situación en Centroamérica.
Como parte de las acciones de lucha, los mandatarios de las naciones ALBA invocaron los artículos 2 y 3 de la Constitución de Honduras y al efecto dieron lectura a dicho articulado:
El artículo 2 establece que la soberanía procede del pueblo, que podrá ejercerla de manera directa. La suplantación de la soberanía popular y de los poderes constituidos se tipifican como delitos de traición a la patria, y son imprescriptibles.
El artículo 3 expresa que nadie debe obediencia a un gobierno usurpador o a quienes ejerzan funciones públicas derivadas del uso de las armas. Los actos de estas supuestas autoridades son nulos y el pueblo tiene derecho a la insurrección.
Gobierno de "Goriletti" está aislado:
Nació enterrado y está muerto, aislado, dijo el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, sobre el gobierno de facto instalado en Honduras. "No tiene futuro ese gobierno", auguró, tras realizarse la lectura de la Declaración de Managua.
Por su parte, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Hugo Chávez, consultado por los periodistas tras la histórica reunión, expresó que la respuesta de las naciones ALBA no tiene precedentes en la historia política mundial. "Es una respuesta rápida, de alto voltaje político, social y moral", dijo, advirtiendo que es la primera medida, no la única.
Dijo que independientemente del tiempo que le queda, "estamos seguros de que esa dictadura no logrará sobrevivir", anunciando que ALBA se reserva cualquier otra acción, dependiendo del desenvolvimiento de los acontecimientos.
"Es una rebelión constitucional", dijo. "Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador...", recordó Chávez sobre lo establecido en la propia constitución hondureña, tal como existe en Venezuela.