Los comerciantes de la Parroquia de Miguel Peña se encuentran muy molestos por la forma como los fucionarios se dedican al matraqueo desconsiderado con los habitantes y locales comerciales como panaderìas, supermercados, abastos, licorerìas, etc.
Todos los peatones se dan cuenta cuando las patrullas se estacionan frente a los negocios y piden dinero a los dueños de los establecimientos descaradamnte, como vulgares pordioseros, al estilo de los paramilitares como la conocida vacuna implatada. Los dìas viernes, sabados y domingo de cada semana se puede apreciar con mucha facilidad los delitos cometidos por estos funcionarios. Si sumaramos el nùmero de locales existentes en la Parroquia de Miguel Peña y lo multiplicaramos por Bsf. 20 el monto es altamente millonario, sin sumar lo que le roban a los transeuntes cuando son llevados al Mòdulo Canaima. Todo esto sucede a pesar de que han sido nombrados nuevos funcionarios o Comisarios, el mal contnùa. Los comerciantes no saben a donde acudir para corregir este flagelo dilectivo.