¡Què pena da el Colegio de Abogados del Estado Carabobo!

Hace 3 meses apareció en la página web de aporrea org un escrito que se titulaba: Al parecer, si se está rescatando el Colegio de Abogados del Edo. Carabobo. Este escrito se produjo porque había pasado un año del cambio de directiva en el Colegio y esta vez para celebrar el día del abogado se había elaborado una buena y extensa programación, allí aparecía algunos puntos que estimulaban a los afiliados a juro de ese Colegio de Abogados a observar ciertas normas éticas dentro de la profesión, llamado que no se hizo en varios años durante la directiva anterior presidida por la abogada Adelba Taffin, al contrario, aquellos miembros directivos lo que hacían era ofender a sus forzados afiliados tratándolos de ineficaces, con especial mención a los colegas que se desempeñaban en la administración de justicia, diciendo que ellos no estaban preparados para ejercer esos cargos y que por tal circunstancia la justicia no funcionaba en el país; esas y otras linduras les dedicó la presidenta del Colegio en su oportunidad a la gente obligada a integrar tal institución. Y lo insólito, aquellas palabras fueron respaldadas por el entonces Decano de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad de Carabobo, Profesor Pablo Aure, él planteó que se necesitaban abogados con temple de acero para defender los ideales democráticos, que debían luchar por la conquista de un verdadero estado de derecho, que se necesitaba sintieran un profundo amor por Venezuela y que por lo tanto debían aligerar su labor en los tribunales; ya que existía mucha displicencia en el desarrollo de ese trabajo.

Pero sorpresa te da la vida. El día Domingo 11 de Octubre de 2.009 en la página D-6 del Diario El Carabobeño aparece el siguiente anuncio “PRIMERA CITACIÓN. A los señores de la directiva del Colegio de Abogados del Estado Carabobo contactar Escritorio Montes & Asociados. Asunto: Obligaciones en situación de mora” Este aviso público es insólito, pues cualquier persona debe cuidar no se perturbe su dignidad y por ello sus ejecutorias deben estar enmarcada en ese propósito, por lo que se debe suponer que este aviso ha causado mucho daño a la poca o mediana credibilidad que puedan todavía tener los miembros de la actual directiva del Colegio de Abogados del Estado Carabobo; año y medio al frente a esa institución. Es lógico pensar que las personas que tienen alguna relación comercial con el Colegio y con los miembros de su directiva en particular deben haber puesto sus barbas en remojo, ya que hay que para el cobro de aquellas obligaciones en mora debió efectuarse antes varias conversaciones entre las partes, y sus representantes legales, sin que ellas tuvieran un final feliz motivó por el cual un Escritorio jurídico mandó a publicar en la prensa un aviso de cobro en contra del Colegio de Abogados del Estado Carabobo, esto, sin pasar inadvertido que los que los abogados que laboran en ese Escritorio tienen que estar afiliados, a la fuerza, a la institución gremial local o a cualquier otra existente en alguna región del país. La solicitud a los miembros del Colegio para que pagaran dichas deudas tiene que haberse efectuado una vez comprobada su legitimidad, pero en vista de que los miembros de la directiva del Colegio no les paró a ese pedimento, creyendo que aquellos colegas no se atreverían a pasar de allí, pero no se percataron que no todos los abogados son manejables o chantajeables por los directivos del mencionado Colegio de Abogados de Carabobo.

Sépase que los Colegios de Abogados están autorizados por ley a cobrar un impuesto al público cuando se tiene que utilizar las notarías y registros para legalizar cualquier clase de documento, impuesto variable según el tipo de redacción, sin embargo puede calcularse un promedio de 2%. Ahora bien, si tomamos en cuenta que en Carabobo se realicen operaciones de compra-venta por el orden de 100.000 millones de bolívares en un mes, al Colegio le entra la bicoca de 2.000 millones de bolívares, solo por ese concepto, por lo que nadie podrá justificar que no haya dinero en sus arcas para pagar unas deudas debidamente contraída, no, allí tiene que existir otro tipo interés. En conclusión, si a la directiva anterior del Colegio de Abogados del Estado Carabobo pudo calificarse de haber sufrido de cretinismo, esta nueva directiva podría estimarse sufre de impudencia y por tal situación habría que convencerse de una buena vez que durante algunos años más en Carabobo no existirá un Colegio de Abogados que pueda distinguirse como escrupuloso. Y desgraciadamente esa es la pura verdad.