Venezuela es el laboratorio vivencial más importante que tiene la polis universal en este momento. Su proceso político tiene muchos aciertos y obviamente, diversas fallas estructurales. No es ilógico este aspecto, por cierto. Lo que si no tiene parangón con experiencia alguna en este lado del planeta, es la inexistencia total de oposición como contraparte lógico del gobierno. Cualquier analista levantaría su mano en señal de protesta ante la blasfemia que acabo de expresar, seguramente.
Antes de exponer las causas de la afirmación anterior, debemos analizar cuáles son los elementos que componen el mapa político en nuestro país; qué hacen y cómo se pueden analizar desde el punto de vista filosófico.
Primero que nada tenemos que, en Venezuela existen muchas organizaciones registradas como políticas, pero que realmente son sucursales de corporaciones nacionales e internacionales. Existen muchos personajes autodenominados como políticos, pero que realmente distan de serlo en el estricto sentido de la filosofía política.
Existen políticos, que son verdaderamente operadores de ese oficio nacido en la Grecia antigua, pero que por variadas causas, no ejercen operativamente sus profesiones. De igual forma, existe un grupo o segmento de la población política, que son en verdad políticos actuantes; unos a favor y otros en contra del gobierno de Hugo Chávez.
Ahora bien, el gobierno revolucionario, con un arrastre dentro de la población que supera el 50% de popularidad, aun a 11 años de haberse instalado democráticamente en Miraflores, tiene dentro de sus filas, políticos de los más variados orígenes. Una gran diáspora de personajes de las extintas guerrillas; ex copeyanos, ex adecos, ex urredistas, ex perezjimenistas, copeyanos, adecos, urredistas, pptistas, comunistas, izquierdistas románticos, izquierdistas Light, evangélicos, extranjeros, algunos chavistas y algunos interesados en los beneficios colaterales de la franquicia operadora de más de 7 millones de almas registradas llamada PSUV. Un buen bagaje electoral indudablemente.
El sector que no respalda el proceso, mal denominado oposición, se compone de ex chavistas, copeyanos, adecos, causaerristas (¿o causan risa?), centristas, derechistas, ex militares, militares, urredecos , izquierdistas Light, pptistas, algunos chavistas, ex guerrilleros, banqueros, medios de comunicación, obispos , cardenales, vicarios, pastores evangélicos, extranjeros, dueños de medios de comunicación, monjas, cantantes, muchos actores principales y de reparto, y un largo etcétera que por falta de espacio no publicamos aquí.
Nuestra tesis es que este mismo sector, opuesto sin duda alguna al gobierno de Hugo Chávez Frías y la revolución bolivariana, no puede, considerarse técnicamente como oposición, como ellos pretenden llamarse. La oposición real de una democracia, es parte del estado, y como tal, está en todo derecho, a virtud de su legitimidad, de oponerse a toda política del gobierno de turno. Este sector, compuesto con el cóctel ya mencionado, en su afán opositor es ilegítimo, por la sencilla razón de que no luchan contra el gobierno, sino contra el estado, y en su guerra, han contravenido toda suerte de leyes, preceptos constitucionales, han asesinado, han usurpado el poder constituido, han traicionado a la patria con diversos delitos tipificados en la ley. En resumen, han delinquido de diversas formas contra el Estado, más que contra el gobierno.
Toda esta actitud, que no es beligerante, sino conspirativa, cuenta con el apoyo de potencias imperiales; de personajes notables de la tierra, de jefes de estado, de funcionarios de gobiernos extranjeros. Todo un entramado de influencias exógenas que conspiran contra un Estado soberano y democráticamente constituido como es el venezolano; la mayoría de las veces con la vista gorda, de algunos gobiernos “amigos” y de órganos multilaterales internacionales.
El gobierno, a la sazón operador constitucional del Estado venezolano, actúa muchas veces como si fuera un cuerpo de la clandestinidad. Muchos de sus seguidores y simpatizantes, por ejemplo, actúan casi de incógnito en espacios públicos como aeropuertos, sambiles, tiendas de nombre, estadios de béisbol profesional, cosos taurinos en tiempos de feria, clubes de alta alcurnia y en muchos sitios donde ser chavista es sinónimo de caliche, mal vestido, desdentado, pata en el suelo y otros tristes apelativos desdichados. Este mismo gobierno, muchas veces en su afán lógico de defenderse, se olvida que es Estado, y en más de una ocasión, se ha ido al terreno político a defenderse de acciones que no son políticas; verbigracia, el programa la Hojilla, que intenta defender desde una tribuna política acciones de la conspiración contra el Estado, cuando deberían ser defendidas por el Ministerio Público.
De tal forma, que concluimos que no hay oposición en Venezuela, sino conspiración a ultranza. Procedo con las pruebas de mi tesis: No es un acto legítimo de oposición, acaparar los alimentos de millones de venezolanos en los depósitos de las grandes empresas privadas. No es un acto de oposición legítima tomar una calle, cerrarla y por esta causa contribuir a la muerte de ciudadanos por la imposibilidad de una ambulancia de transitar a la emergencia de un hospital. No puede denominarse un acto de oposición incendiar el camión de un humilde trabajador con él adentro y causarle severos daños irreversibles a su salud y al bienestar de su familia. La mentira para desprestigiar al país, más que al gobierno, no puede ser considerado un acto de oposición política sino, un acto de traición suprema a la patria. El intento de violar a una funcionaria policial y vejarla hasta lo indecible no es una simple expresión de protesta democrática sino un crimen; agravado por el hecho de que la mismísima curia cobije al principal actor. El asesinato de inocentes usando la autoridad policial como pretexto para hacerlo no tiene nada de democrático sino de delito criminal. El uso del espacio radioeléctrico para insultar la majestad del Presidente de la República es un delito en cualquier país democrático del mundo. La permuta criminal de divisas en un mercado negro no es oposición, sino un delito contra el Estado, que por cierto, frecuentemente cuenta con la blanda e ineficaz respuesta del gobierno.
Los anteriores ejemplos son solo una muestra pequeña de lo que en otros países, incluidos los que critican a este gobierno por antidemocrático, constituyen delitos penados con cárcel. Ejemplo, La Casa Blanca, El Pentágono o El Departamento de Estado estadounidenses, donde una manifestación por sencilla que ésta sea, le acarrearía al ejecutor arresto inmediato con esposas incluidas. Igual suerte le tocaría a cualquier persona que osara gritar alguna consigna contra la señora reina de Inglaterra. Vale mencionar el ejemplo español también, donde a la sola sospecha de tener algún vínculo con Batasuna, le acarrearía al infeliz descubierto, un largo y severo proceso judicial.
El rasero anterior solo se usa, sin embargo, para los países del stablishment. Si el gobierno venezolano, a través de los órganos del Estado, reacciona de esa forma, entonces es un gobierno antidemocrático; y si persiste y logra el encarcelamiento de estos delincuentes, entonces los rufianes son considerados presos políticos.
Por ello, amigo lector, el país honesto, el país moral, el país ético, reclama a voces; pide a gritos, una oposición verdadera. El gobierno debería ayudarnos en ese cometido, ampliando el espacio carcelario para que todos los violadores, delincuentes políticos y operadores del terror mediático, paguen por sus crímenes; no como presos políticos, sino como delincuentes políticos presos. Ya comenzamos con los Foreros, los Simonovis, los Álvarez Paz, los Badueles y otros pillos de menor publicidad. Algunos ya sentenciados, otros en proceso. Sin embargo, el grueso de las pandillas todavía se pavonea por los canales de televisión de la conspiración, y en perfecta flagrancia, continúa delinquiendo ante la patética administración de justicia venezolana.
Por eso; SE SOLICITA OPOSICIÓN SERIA Y CON BUENA PRESENCIA. Requisitos:
Democrática, solvente, moral y ética, sincera, sin antecedentes penales, políticamente habilitada, nacionalista y por sobre todas las cosas, venezolana.
Nota: Favor abstenerse si no cuenta con los requisitos exigidos
08 de Mayo de 2010
lgraterolh@gmail.com