Valencia, septiembre 22 (Carlos A. García Briceño).- A pesar de que el Sudamericano sub-20 tiene algo más de medio siglo de vida, exactamente 55 años, fue a partir de la octava edición cuando esta competición pasa a ser clasificatoria al Mundial de la categoría organizado por la FIFA, que en 1977 estrenó dicho trofeo.
Desde ese momento hasta hoy, transcurrieron 32 años para, por fin, poder ser testigos de una Venezuela mundialista. El sueño ya es pasado. Ahora el presente asume protagonismo, pues Egipto 2009 tiene reservado un lugar para el "Gloria al bravo pueblo".
Forjando el camino con Romo de escudero
La vinotinto, que por tercera vez jugó el "Juventud de América" en condición de local, forjó su camino a la cita mundialista en un reñido Grupo A que compartió junto con Argentina, Colombia, Ecuador y Perú. La llave terminó liderada por una oncena criolla invicta y con 6 puntos, las mismas unidades que alcanzaron gauchos, cafeteros y meridionales, aunque el anfitrión tuvo mejor diferencia de goles (+2 por +1) que sureños y neogranadinos.
Tan parejo fue este grupo que Ecuador y Colombia recurrieron a la moneda para definir el último clasificado, tras registrar el mismo récord: 1 triunfo, 3 empates y cero derrotas, con tres goles a favor por 6 en contra. Y la suerte le sonrío al vecino país.
Cabe recordar que en esta primera fase se vivieron momentos cumbres, como en aquel Venezuela-Colombia de la última fecha previo al hexagonal final, con un penal en contra del combinado patrio con el tiempo cumplido. Cristian Nazarith vs. Rafael Romo. El futuro del equipo nacional estaba en manos del espigado arquero de Turén, quien dramáticamente tapó el remate del colombiano. En segundos, la agonía de una prematura eliminación dio paso a la euforia por el avance a l a siguiente fase y con ello la bandera nacional, cuyos tonos se habían degradado, volvió a cobrar vida.
Visado a Egipto
El hexagonal final comenzó con el pie derecho para Venezuela, ya que venció 2-1 a Colombia. Sin embargo, sufrió dos derrotas al hilo frente a Paraguay y Brasil con idéntico marcador (0-3) que generaron preocupación, sobre todo por el tema del gol average.
Su siguiente rival fue Argentina, con la que ya había empatado 1-1 en la ronda inicial. La vigente campeona del mundo en 2005 (Holanda) y 2007 (Canadá) se presentó al choque con la urgencia de ganar, aunque sin el brillo de las generaciones que le antecedieron, en parte por la ausencia de algunas figuras. Más allá de eso, Venezuela se concentró en su juego y tomó ventaja, marcador que igualó en el último suspiro el once argentino.
El 1-1 dejó prácticamente fuera a los dirigidos por Sergio Batista, que venía de ganar el oro olímpico en Pekín.
En la última jornada, la vinotinto venció por 3-1 a Uruguay y aseguró la clasificación al primer Mundial de su historia en cualquier categoría. Fue un domingo 8 de febrero de 2009, una gesta escrita con tinta indeleble en los anales del balompié nacional.