Con una presupuesto estimado de cinco mil 800 bolívares fuertes y 8 meses de trabajos, el aspecto actual de la plaza no generó buenos comentarios entre políticos y actores gremiales de la entidad, que catalogaron como "perdida de dinero" la suma invertida en esta obra de la Alcaldía de Valencia.
Manuel Román, diputado suplente de la Asamblea Nacional por el estado Carabobo, argumentó que se trata de una "total locura la cantidad de dinero invertido en ponerle un piso rojo a la plaza, cuando ese presupuesto pudo ser utilizado en otras obras".
Resaltó, que los trabajos realizados no representan el tiempo que estuvo cerrada la plaza, además que resulta evidente que la obra aun está incompleta, por lo que el ayuntamiento deberá seguir invirtiendo en estos trabajos, restándole beneficios a otros aspectos más importantes y necesidades mayores de la ciudad.
Por su parte, Auri Rivero, presidenta de la Federación Venezolana de Maestros, manifestó no entender como se llevó a cabo una inauguración de un trabajo de este tipo, cuando los lineamientos revolucionarios establecen que "la apertura de obras del Gobierno se hacen cuando los trabajo están totalmente terminados.
La sociedad civil y comunidad en general también opinó al respecto, acotando que "mejor aspecto tenía la Plaza Bolívar anteriormente y no está justificado el dinero empleado para esta remodelación, por lo que deberían hacer una contraloría que verifique el verdadero destino de ese presupuesto".
A casi un mes de inaugurada, la Plaza Bolívar evidencia restos de cemento y algunos sectores continúan acordonados con cintas amarillas y aunque la fuente está funcionando, físicamente el aspecto de "obra gris" prevalece en todos los espacios de ícono valenciano.